Lo que también nos debiera preocupar, y aquí no se mencionan, son las horas extra no remuneradas. Como no se registran no existen.
Durante el año pasado los trabajadores españoles registraron 166.178.850 horas extraordinarias, lo que implica un aumento del 13,1% respecto a 2017, cuando realizaron 146.952.840. De media, durante 2018 los ocupados españoles realizaron de media 8,1 horas extraordinarias, un 3,8% más que el curso anterior.
2008 marcó un récord en cuanto al número de horas extra realizadas por cada empleado, 9,3, año desde el cual comenzó a reducirse hasta registrar la cifra más baja en 2013 con 6 horas. Desde entonces, las horas extra remuneradas aumentaron durante cinco años consecutivos hasta 2018.
Cuando estábamos en medio de la «gran crisis» y las tasas de desempleo estaban descontroladas bajaron las horas extras, y no era porque había un mayor control y había mejorado la situación, simplemente no había trabajo para más. En cuanto la cosa empezó a mejorar volvieron a aumentar este tipo de horas.
Los piratas del trabajo empezaron a sacar partida de sus empleados.
Por sectores, es el de servicios el que mayor volumen de horas extraordinarias registró durante 2018, con un total de 166,2 millones, lo que supone un 66,9% del total.
Soluciones pocas. Prohibirlas y bajar el coste del trabajador para la empresa en el porcentaje mínimo necesario para que permita contratar a más personas.
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